Tu cuerpo está hablando desde una herida de DESPROTECCIÓN.
A veces no es lo que nos pasó, sino lo que no tuvimos cuando lo necesitábamos:
protección, cuidado, afecto, presencia.
El conflicto de desprotección se activa cuando viviste (o percibiste) que estabas sola frente al mundo, sin nadie que te cuidara, te guiara o te contuviera.
Tu cuerpo no te está traicionando.
Solo está pidiendo que lo protejas como nadie más lo hizo antes.
Y el primer paso… es escucharlo.
“Quiero sanar mi herida de desprotección”.
Quiero SANAR con el curso: Sé Tu Propio Médico Mental